Zaragoza a luxemburgo, por los pirineos

Abril 14, 2023

LOGISTICA, en abril, es algo muy complicado

La idea de este viaje era ir desde Zaragoza a Luxemburgo, ya que ahí vive un buen amigo mío, Cuto, al que quería ver, como hago todos los años. Las buenas costumbres no hay que dejarlas nunca de lado.

Eric, un amigo común nuestro, decidió venir desde Niza a Zaragoza, donde durmió en casa para así salir juntos rumbo a Luxemburgo

El tiempo en abril es variable, y lo es hasta el último minuto. Es más bien terco, habla y dice poco, y se escapa de toda predicción posible. Lo que comenzó siendo una semana soleada fue, poco a poco, cambiando paulatinamente a días malos, con lluvia, con cierzo (en este enlace explican el origen del cierzo, interesante!), e incluso con nieve, al menos durante un par de días. Desafortunadamente, así sucedió en realidad. Maldito abril, aguas mil dicen !

La cuestión era por donde pasar los Pirineos. Como sabéis, hay bastantes pasos fronterizos entre ES y FR. Citaré sólo los más conocidos: Irún/Hendaya, Ibarrin, Lardún, Ainhoa/Urdax, Valcarlos/Roncesvalles, Col de Larrau, La Pierre Saint-Martín, Túnel/Col de Somport, Portalet, Túnel de Bielsa, Col de Portillón, Puigcerda/Bourg-Madame y La Junquera.
Por cual ir?

Como íbamos a dormir a un B&B en Aspet (un poco de historia vacuna nunca viene mal), tenía sentido el ir por el Túnel de Bielsa (aunque Viella podía ser también una opción), que lo han arreglado hace poco y está como un pincel. Yo iba mirando el enlace del Túnel para ver las cámaras, sobre todo la del lado francés. Solo que, el día anterior por la noche, las apps nos decían que iba a nevar en el lado francés, que es la cara norte, durante toda la noche. Ooops !

Esta carretera del Túnel de Bielsa que podéis ver aquí arriba, pasa a 1644m, mientras que la de Roncesvalles, la de más abajo, pasa a 923m, o 721m de diferencia; mientras que en una las apps decían que nevaba, en la otra decían que llovía.  Total, para evitar riesgos innecesarios, y a falta de información más concreta, nos fuimos por Roncesvalles.
Quede claro que para un motero está claro cuál es la más divertida, la de arriba, sin duda alguna. Pero para los no moteros está claro que la de más abajo era la correcta!

La salida de Zaragoza fue mala, con un cierzo fuerte, todo el trayecto, hasta Lumbier en Navarra, donde el viento cesó y comenzó la lluvia, no dejando de llover hasta bien pasada la frontera. 

Nos paramos a comer y echar gasolina antes de pasar a Francia, donde Eric pidió un bocata de jamón y queso, y yo uno de chistorra (no hice foto al bocata, error grave, pero esta foto lo dice todo !)

La gasolina se pagaba a 1.69 en la Repsol de antes de la frontera, y a 1.9 en Francia, y en autopistas a 2+. Por eso llenamos a tope. En Pau decidimos coger la autopista a Saint Gaudens, y de ahí desviarnos a Aspet. ¿Porqué? Pues porque empezó un viento que hacía la conducción super dura, brutal, el viento era racheado y con lluvia, tremendo. Llegando a Aspet pudimos abrir las viseras de nuestros cascos y llegamos mojados, pero sin lluvia al B&B

Ahí nos esperaba Patsy, la dueña del Le Grand Chalet, donde pasaríamos la noche. 

Este B&B tiene una historia importante para mí, ya que Patsy empezó trabajando en otro B&B en St Beat, donde fui muchos años hasta que su dueño, Ron, falleció. 

Ahora Patsy tiene un B&B estupendo donde os aconsejo ir, sin duda alguna. En general van moteros, ciclistas del lugar, muchos de ellos catalanes, y gente que quiere hacer trekking por las motañas, entre otros.

Quizás hubiéramos podido pasar por el Túnel de Bielsa sin nieve, pero la carretera del lado norte francés es dura y con muchas curvas; en fin, creo que hicimos bien en ir por Roncesvalles, aunque ese día el pico estaba con nieve.

Durante la cena, y mientras cocinábamos un salmón al kétchup, mirábamos el tiempo y veíamos sol hacia el norte, a partir de Toulouse, hasta el punto intermedio entre Aspet y Luxemburgo, donde haríamos noche. Era super esperanzador, sobre todo después del día que habíamos tenido.

Elementos climáticos adversos, qué hacer?

Al levantarnos lo vimos todo nublado; pero luego todo fue a peor. Tuvimos que volver a coger la autopista después de Rodez, que nos llevó por los Montes de Cantal, en la meseta central francesa.
Durante el peor tramo, íbamos a 70 km/h por autopista, con las luces de emergencia dadas para que nos vieran los camiones, que no nos pasó ninguno, con una niebla donde no veíamos más de 5 metros, a 3C, y con una lluvia cansina, pegadiza, incesante, insistente, pesada y con gotas gordas. Total, 8h30 para hacer 580kms por autopista; un desastre, y encima tuvimos que pagar el peaje !

Dicen los que entienden de ésto, que hay que pasar días así para curtirte y llegar a ser realmente un motero de verdad; yo estoy de acuerdo, sí, pero no tantos. Al final pasamos y es un momento para recordar.

En el fondo la técnica a usar con estas inclemencias del tiempo es clara: O te paras y esperas a que pase, si tienes tiempo, o continuas yendo mucho más despacio, que es lo que hicimos nosotros.

Como preguntar lo que hay que preguntar

A las 18h llegábamos a La Ferme des Collines, una granja donde había estado antes, con un restaurante bastante bueno. Las habitaciones eran muy sencillas, pero teníamos ganas de comer algún corte de vaca charolesa, solo que el restaurante estaba cerrado; si bien, nos habían preparado algo de cena.

Algo que hay que bien aprender es a hacer las preguntas precisas y concretas; ejemplo:

Pregunté: ¿Podrián reservarnos una mesa para la cena? Si, claro, me respondieron, sin problema.
Tenía que haber preguntado: ¿Está el restaurante abierto? Me hubieran contestado; no, está cerrado, abrimos en unos días, pero si quiere le podemos preparar algo de cena,

Ahí está la gran diferencia! No cenamos mal, pero si nos hubieran dicho la verdad quizás hubiéramos ido a otro sitio. Una razón para no volver; además les dejé el cometario en su web para que otros no cometan este error.

Sin embargo, el emplazamiento de la granja es espectacular, asi como sus vacas Charolais

Por la noche heló ligeramente, y así vi la salida del sol desde mi cuarto, con bastante frío, aunque bien arropado de un edredón gordo.
Es lo que hizo que el asiento de nuestras motos estuviera con una escarcha durilla.

Al día siguiente llegábamos a Luxemburgo sin más problemas, ya que el tiempo fue mejorando, e incluso, vimos el sol al llegar a casa de mi amigo Cuto.